Uno de los temas que ha tenido gran interés en el último tiempo, sobre todo gracias a la popular franquicia «The Last of Us», es el estudio del Reino Fungi, es decir, aquella capa de nuestro ecosistema que se encuentra conformada por todos aquellos organismos que conocemos como hongos. Es el princinpal tema de estudio también del Laboratorio de Química Aplicada y Sustentable de la Universidad del Bío Bío. En esta oportunidad conversamos con Ramón Ahumada Rudolph, académico e investigador del Departamento de Química de la citada casa de estudios y co-director del mencionado laboratorio, sobre sus actuales proyectos y su visión del mundo que nos rodea.
– Quiero que me expliques en tus palabras qué es lo que hacen ustedes como laboratorio al interior del Departamento de Química de la Universidad.
– El laboratorio de Química Aplicada y Sustentable nace en el principio de una biotecnología, pero enfocada en hongos endémicos; hongos introducidos del bosque chileno, del hongo andino patagónico e incluso hemos llegado hasta la Antártica buscando hongos donde buscamos especies que puedan tener algún valor sustentable en algún proceso, ya sea en un bien de salud, como neuroprotector, o como un hongo, por ejemplo, un antioxidante, inmunomodulador. Vemos qué habilidad celular, ensayos con bacterias multirresistentes.
También tenemos una línea de investigación que tiene que ver con la parte ambiental, con microrremediación de contaminantes de xenobióticos y, el ejemplo claro, la degradación de florfenicol que es el antibiótico más utilizado en la salmonicultura; donde vemos cómo los hongos son capaces de degradar o biotransformar esta molécula xenobiótica en el ambiente. Y el último y no menos importante, en los temas tienen que ver con el control biológico en las enfermedades en la agricultura, donde hay hongos que se comportan defendiendo a las plantas frente a otras enfermedades fúngicas, entonces eso les da un valor agregado al momento que nosotros queremos nutrir una planta además de entregarle este sistema que lo puede defender bajo distintas enfermedades evitando, por supuesto, consumir pesticidas, herbicidas o algún tipo de compuesto químico sintético que no condice con la agricultura orgánica.
Esos son más o menos, principalmente, los puntos, además de los metabolitos secundarios del hongo. Además y super importante de este laboratorio también, la difusión de la información, dar a conocer -por ejemplo- qué tipo de hongo, hongo silvestre, hongo endémico, mucha educación ambiental, ese también es un punto no menor dentro de este laboratorio.
– Hace poco un muchacho se intoxicó en Hualqui por comer hongos venenosos, eso nos hizo preguntarnos una vez más cuánto sabemos sobre los hongos y cuál es el canal para poder aprender, un ciudadano de pie cualquiera. ¿Dónde deberíamos buscar información?
– Es súper importante porque los canales de información estuvieron mucho tiempo apagados, mucho de lo que se hacía en investigación quedaba mucho en la academia, en las universidades. De hecho hoy en día es muy difícil que contraten a un micólogo, que en el fondo son los que estudian realmente genética de hongos, las especies de los hongos, entonces se ha ido como perdiendo, porque tampoco hay como una cultura intrínseca, a no ser de que uno vaya, por ejemplo, a Coelemu, vaya a los recolectores de Los Álamos, a la Cordillera de Los Andes. También hay mucha gente que son recolectores, de familias que llevan años conociendo, saben los diferentes hongos, saben cuáles son tóxicos y cuáles no, entonces hay como una disociación entre el conocimiento cultural, ancestral, mapuche, de tradición oral podríamos decir, donde las familias iban y recolectaban hongos. A las nuevas generaciones que no están interesadas les puede venir un interés de la mano con el éxito de HBO, “The Last of Us” o “El hongo fantástico” de Netflix, que es muy interesante.
Respecto a la noticia lamentable del joven que murió, de hecho, en estos últimos 20 años han muerto 8 personas intoxicadas por hongos. O sea, no es solamente eso, hay muchas personas que se han intoxicado, pero no han sido tan noticia, o tan reciente. Ese canal de información nosotros lo estamos aprovechando, nosotros queremos este nicho de espacio llevarlo a la comunidad, abrimos estas redes sociales donde explicamos estos hongos, cuáles son tóxicos, cuáles no, cuáles son endémicos.
Hace poco están los festivales Fungi que yo creo que de un tiempo a esta parte son mucho más masivos, porque ya hay una cultura joven que quiere saber sobre esto y que en el fondo su mundo, el mundo Fungi, que es un reino completo que se sabe y la gente quiere saber más y esta asidua a aprender sobre esta cultura, entonces eso nos ha permitido también que cuando nosotros queremos generar alguna charla, o culturizar o realizar una actividad llega mucha gente y está muy interesada y asidua a aprender, entonces eso nos ha ayudado muchísimo en lo que es difusión. Entonces yo creo que hoy en día hay un tema en que si hay un interés local de los jóvenes de aprender y eso es super importante y hay que tomarlo, definitivamente tomarlo.
– ¿En qué se centra actualmente el trabajo de investigación en torno a los hongos? ¿Cuál es el paradigma?
– Siempre entender que el estudio de los hongos es horizontal, son muchas las personas que tienen que ver, porque son muchos equipos, mucha cantidad de gente que tiene que aportar con su conocimiento. No es Ramon Ahumada solo haciendo investigación de hongos, es Ramon Ahumada con un equipo de personas que están alrededor, que están apoyando, que se les pide análisis, que se les pide información; les pido hacer algún un ensayo. Finalmente, todo es porque a nosotros en la academia nos importa mucho hacer publicación y la publicación también es una forma de difusión de la ciencia y estar en revistas científicas de corriente, de corriente principal, que son las que en el fondo nos impone este ser académico de la universidad: poder publicar en revistas de corriente principal. Lo cual es súper complejo y por eso necesitamos mucha ayuda porque no sabemos todo y siempre nos estamos apoyando.
Dentro de esto nosotros encontramos un tema que nos apasiona, como de economía circular, de recuperar los residuos, parte cambio climático; todo tiene una serie de nichos que nos dicen “oye, esto es importante”, primero porque impulsa directamente a la sociedad, va directamente a la sociedad porque cuando publicamos este proyecto queríamos trabajarlo con la comunidad, y dijimos qué pasa si tomamos los residuos de la gente, los residuos orgánicos, y se nos sumo la industria Masisa que hace un polvo MDF, que es un polvo muy fino de aserrín, y si mezclamos estos dos, hacemos un compost, y ese compost en vez de llevarlo a un hoyo, llevarlo a un vertedero o llevarlo a un relleno sanitario (que actualmente la Región del Bío Bío está absolutamente saturada en eso), lo llevamos, lo procesamos, hacemos pilas de compostaje y al final de este proceso termófilo le agregamos hongos beneficiosos para la agricultura local, decimos «oye juntamos un montón de actores; juntamos cultura de hongos, juntamos la población que entiende un poco de este cambio climático, del paradigma que no todo es basura, que no todo es desechable que se puede reutilizar». La industria que tiene esta capacidad de decir, «oye yo estoy haciendo economía circular porque mis residuos están siendo parte de un subproducto de otro proceso y además de eso apoyar la agricultura local», que la agricultura no solamente es decir que un campesino está cultivando algo; es comida saludable, es sano, es nutritivo y ayuda también a que las personas se acerquen y que coman estas verduras, frutas, tomates, legumbres, manzanas, plátanos, lo que se te ocurra, porque en el fondo lo que estamos ayudando es que se haga una comida más saludable, menos procesada.
Entonces todo ese global, toda esa comunidad completa nos ha hecho acercarnos, ir a las juntas vecinos, juntarnos con los alcaldes, proponerles el tema; los alcaldes se entusiasmaron, las juntas de vecinos están con nosotros, fueron a conocer las canchas de compostaje, les mostramos cómo funciona el proceso, les mostramos las Trichodermas, les enseñamos, por ejemplo, las enfermedades como la Alternaria que tiene problemas con la papa; el Fusarium que hace problemas con la papa y todas estas distintas enfermedades que en el fondo ellos conocían como que la papa está mala, pero está mala por qué, porque tiene un hongo que está haciendo mal, y nosotros tenemos un hongo que va apoyar a que esta papa no esté enferma y eso es una mejor producción y va hacer incluso que esa papa tenga un mejor rendimiento y que el beneficio económico sea aún mayor. Entonces toda esta cultura, toda esta comunidad completa trabajando para eso es super importante y eso creo que me motiva un montón porque en el fondo es un cambio de paradigma y que incluso podemos replicarlo a toda la región el día de mañana y no sólo a esta región también puede ser a nivel país, por supuesto.
– Me interesa un poco más ahondar en este tema de la agricultura, cómo se podría de alguna forma vincular lo que ustedes están haciendo, que ya hay un trabajo hecho digamos, pero cómo podría maximizarse como para que eventualmente se reconozca Chile como un país que trabaja la agricultura de forma sustentable, cuidando la degradación del suelo y el uso de químicos. ¿Qué falta para alcanzar el ideal?
– Hay un instituto, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias, que es el INIA. El INIA tiene un banco de cepas de hongos, de Trichoderma. Uno puede ir depositando todas las Trichodermas que estamos investigando acá o distintos hongos que sean protectores o controladores biológicos ahí. Ellos hacen investigación en eso y su fin es eso, es llevarlo a la agricultura local. Quizás falta un traspaso, pero yo creo que más importante que eso y si lo veo a nivel internacional cuando uno tiene un cultivo de, por ejemplo, la frambuesa, los arándanos, los vinos, siempre hay un valor agregado a este cultivo orgánico. Entonces cuando una persona se da cuenta que su producción puede ser mucho más valorada y con un valor agregado al extranjero, puede que antes produzca 1.000 kg pero ahora con 800kg gana mucho más si es orgánico y tiene un valor mucho más agregado y mucho más aceptado en el extranjero.
Una persona que sabe que lo que está comiendo es una frambuesa orgánica, que un arándano es orgánico, que un vino es orgánico, le da un plus y un significado sustentable a las cosas que uno está realizando, porque en el fondo uno sabe que está haciendo un bien porque cuando se utilizan pesticidas no solamente se contamina su lugar sino que también se contamina un ecosistema, y uno no quiere llegar a eso, uno a lo que quiere llegar es que uno sea lo más orgánico posible, que en el fondo todo sea más limpio, más libre de químicos sintéticos.
– O sea, digamos como debería de ser…
– Exacto, entonces cuando empiezan las plantas a defenderse por sí solas con la ayuda de otros organismos que son beneficiosos, cuando llegamos a ese raciocinio el extranjero lo reconoce y te lo paga, te da un valor agregado y te da un valor comercial mucho mejor y mucho más aceptado cuando tu logras eso, porque cuando uno habla de Chile habla de un sistema aislado que está por un lado el norte con el desierto, después tenemos el océano, tenemos la Cordillera de Los Andes, entonces naturalmente nosotros estamos muy aislados, en una olla, pero aun así nos hemos permeado de contaminaciones de moscas que llegan del extranjero porque no hemos cuidado nuestras fronteras, hemos dejado que nos traigan plagas que no tendrían por qué estar acá y eso nos ha provocado que tengamos que utilizar químicos. Si volvemos a una parte orgánica y le empezamos a enseñar a la agricultura a defenderse por ella misma y esos organismos que nosotros usamos van quedando en el ecosistema, entonces yo creo que es mucho más sano y mucho mejor utilizar una agricultura orgánica que utilizar todos estos pesticidas, y además que el valor agregado es mucho mayor y mucho más reconocido en el extranjero.
– De hecho, ayer estuve conversando con una chica que fabrica granola, la exporta. Me decía que ella no puede exportar a EE.UU porque aunque está ayudando a gente de allá a desarrollar productos de ese estilo, el sello orgánico no lo puede tener por temas de regulación agrícola, entonces va a colaborar con una fábrica de allá que sí tiene el sello orgánico, porque llevan años ya trabajando ese tema y está mucho más desarrollado.
– Sí, localmente no nos importa mucho como sociedad, como comunidad acá, pero en el extranjero hay un valor agregado muy importante; en Norteamérica, Europa, en Japón, son países que valoran mucho la preocupación del agricultor por llevar algo que sea orgánico, que él trabaje en un ambiente que sea libre de compuestos sintéticos, que no sea mejorado genéticamente y que incluso más; hay productos que uno dice ya, por ejemplo, el tomate de Quillón tiene un sabor distinto. ¿Por qué? Porque es una cepa originaria; el vino de la zona central es una cepa que viene de acá y ese carmenere no está en otra parte del mundo, se trajo hace no sé cuántos años y eso lo hemos mantenido en el tiempo, entonces hay distintas cepas, distintas especies que nos dan una característica y nos dan una identidad y esa identidad sólo se puede lograr con cosas orgánica. Si nos empezamos a traer esta semilla que viene de afuera que es mucho más rendidora que otra estamos teniendo lo mismo que en todos lados, entonces para eso mejor cultivamos soja y la vendemos al extranjero.
Entonces no es esa la idea, la idea es generar nuestros propios cultivos orgánicos, con nuestras propias semillas y que estos sean el valor de nuestro fruto y nuestro valor agregado y para eso obviamente los hongos son un aporte porque en el fondo van a ayudar a que la planta pueda defenderse, porque no vienen con todas estas plantas que son mejoradas genéticamente y que sí tienen esa posibilidad de defenderse.
– ¿Algo que desees agregar a la entrevista digamos para complementar? ¿Alguna información que se te haya ido o que hayas recogido en el camino, alguna cosa que desees comunicar, algún link que desees dejar de forma permanente o algo por el estilo?
– Bueno siempre nuestro sello El Laboratorio de Química Aplicada y Sustentable, LABQAS.cl y LABQAS_UBB en instagram, que revisen nuestras redes sociales que estamos generando material de difusión, estamos generando proyectos que tienen que ver con el área de salud, proyectos de micorremediación, proyectos de control biológico de la agricultura con residuo orgánico de industria y de la comunidad. Siempre estamos haciendo proyectos, estamos viendo, por ejemplo, línea de hongos nutracéutico, endémico, a cultura de comer hongos comestibles silvestres que son de un valor nutricional distinto, tenemos un montón de proyectos un montón de cosas de acá en la Universidad del Bío Bío, que es una universidad local, estatal haciendo ciencia, haciendo difusión y haciendo que sea una quimica mas sustentable, mas amigable y que la comunidad también se acerque a nuestro laboratorio, que está a puertas abiertas si es que quieren hacer algun proyecto también.
Texto: Fabián Rodríguez / Ivonne Rueda Seguel
Fotografía: Fabián Rodríguez
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