Mayerly Medel Rojas, diseñadora industrial, junto a su pareja Jordan Valenzuela Herrera, prevencionista de riesgos, se atrevieron a participar de su primera feria de ventas con su nuevo proyecto, “Alma: juguetes de madera”. Sin ocultar en ningún momento su nerviosismo por la instancia, nos concedieron una entrevista para hablar sobre su proyecto. Logramos conversar con ellos en una de las pocas pausas que hubo; fue tal el éxito de venta de sus productos que ya llegando a la mitad de la segunda jornada no tenían más mobiliario para vender: les compraron todo lo que trajeron desde su natal Yumbel. Se volverían a casa cansados, pero felices.

– Veo que su emprendimiento son estos muebles hermosos que sólo he tenido la suerte de ver en lugares como Casa Ideas… ¿Cómo llegan a idear este proyecto?

– Partimos en pandemia porque, como estudié Diseño Industrial, estuve en un taller de mobiliario infantil y todo esto partió por una necesidad, la verdad. Teníamos un tema de trabajo, Jordan estaba sin trabajo, y teníamos que generar dinero. Además tenemos un niño de 3 años que es nuestra inspiración. Ahí partimos. Lo primero que hicimos fue un baúl para una colega. Lo diseñé, lo construimos y lo subimos a redes sociales. Ese fue el comienzo.

– ¿Y cómo llegas a los diseños que trabajan? ¿Lo sacas de algún lado? ¿Son creaciones propias?

– Parte de la inspiración viene de mi hijo. Empezamos a crear para él. Pero igual hemos buscado inspiración en redes como Pinterest. Desde ahí hacemos entre los dos los diseños en el computador.

– ¿Te refieres a modelos 3D, estilo AutoCAD?

– Sí, hacemos los diseños con un software. Ahí vamos viendo un modelo preliminar y vamos haciendo cambios.

– Y los materiales que ocupan, ¿los obtienen de un distribuidor específico? Pregunto porque es necesario tener proveedores que respondan a la demanda.

– Hemos tenido un poco de suerte. Como te comentaba, partimos en pandemia hace 2 años. Pero por el tema de la escasez de productos, en un momento quedamos sin material. Ahí decidimos parar y seguimos adelante con nuestros trabajos normales. Pero ahora volvimos a reactivar esto. Y tenemos la ventaja de vivir en un sector maderero, porque estamos muy cerca de Cabrero, entonces tenemos opciones para comprar.

– Y en cuanto a recursos, ¿han trabajado sólo con su propio capital o han postulado a fondos?

– El año pasado postulé a un Capital Abeja, nos lo adjudicamos. Habíamos pensado comprar herramientas manuales, pero de repente nos iluminamos y entendimos que en realidad necesitábamos una sola máquina, una CNC Router, que nos ha facilitado la vida. Porque lo que tú ves hoy nosotros también lo hacíamos antes, pero con una caladora, de forma muy manual. Pero ahora estamos en un nivel mucho más avanzado en términos de tecnología. Esto va de la mano con el trabajo en el computador. Ahí generamos los proyectos, los vamos dibujando y luego la máquina lo corta. Luego comenzamos la etapa de lijar, armar, tapar tornillos; todo lo que significa trabajar madera.

– ¿Tienen presupuestado trabajar en otros materiales además de madera y cuerda?

– La verdad, no nos hemos proyectado con otro material. A nosotros nos gusta mucho la calidez de la madera. Aquí viene gente y me dice “oye qué lindo ese diseño, me recuerda cuando yo tenía un coche así cuando era niña”. Eso es lo que nosotros buscamos. Nuestro nombre, “Alma”, nace también de ahí, del alma de niño, de encantarse con algo. Queremos seguir trabajando con la madera, también ponemos un poquito de tela en algunas cosas, pero este es el material primario.

– ¿Cómo se proyectan a futuro? ¿Planean fabricar y distribuir a marcas más grandes? ¿Encontraremos algún día sus diseños en las vitrinas del retail?

– Nos encantaría, la verdad. Pero estamos recién en nuestra primera expo. No perdemos las ganas de tener un taller más grande, para una mayor producción. También de poder distribuir en otras ciudades y regiones nuestros productos.

– Eventualmente, también generar empleo. Hoy en día ustedes son los únicos empleados de su empresa.

– Ese es nuestro norte. Queremos crecer como empresa y sería ideal tener puestos de trabajo. Y además te cuento que yo hago clases de mueblería en un liceo técnico profesional, y estamos ahí con el tema de ver prácticas profesionales, para poder ser un centro de prácticas. La verdad están las ganas y los contactos. Nos falta un poco más de tiempo.

– ¿Algo más que quieras agregar?

– Que somos una empresa familiar. En este momento lo estamos pasando bien haciendo esto, lo amamos, lo disfrutamos. Queremos seguir creciendo y en eso estamos ahora.

Texto y fotografía: Fabián Rodríguez R.

frodriguez@thepenquist.com

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