Terminé de leer recién el último libro de Isabel Allende “Mujeres de alma mía”. Las manos me quedaron congeladas porque estaba leyendo en la cama y hace mucho frío en Concepción.
Me gustó el libro, debo reconocer que no le tenía mucha fe, porque no es una novela y porque lo encontraba demasiado corto. Me leo todo lo de la autora porque me gusta mucho, desde siempre; si bien hay algunas novelas que no me han satisfecho, me encanta su escritura, rápida, divertida, ingeniosa.
Este es un libro feminista, con un cierto parecido a “Mi país inventado“, donde mezcla aspectos biográficos con personajes de sus libros. Es muy entretenido y logra hacer reír, no sonreír, en varias ocasiones. Siempre me ha encantado eso de reírse con algo que está narrado. Lograr la carcajada.
Repasa situaciones de su vida desde pequeña, nombra mucho a su mamá, Panchita, a su padrastro, al que siempre le dijo “tío Ramón”, y a su abuelo en muchas ocasiones. También al resto de su familia, sus amores. Hasta cuenta de su último romance con Roger, un abogado norteamericano con el que se casó.
Las frases típicas machistas de hace tiempo toman forma con el abuelo, se tornan divertidas con la narración de la autora, ya que ella dice que es feminista desde los cinco años. Imagínense en esa época ser feminista o con ideas liberales.
La narración como les decía recorre muchos aspectos de su vida, su pensamiento, sus viajes y también hay mucha información sobre mujeres que hacen mucho por otras mujeres que viven en situaciones tremendas de maltrato, desprecio, para qué hablar de las mutilaciones de genitales que se practican aún en el presente en alguna parte del planeta.
Me gustó también como habla de la vejez y la disposición que tiene ella ante el tema. Uno se identifica mucho con la manera que tiene de contar las cosas y de afrontar los desafíos que la edad nos va presentado a cada paso.
Sin duda un libro entretenido, al estilo de ella, rápido y aunque no es un libro largo, aprovecha muy bien de explicar y contar miles de anécdotas de sus viajes donde vivió experiencias relacionadas con la sumisión de la mujer, ya sea en Libia o Kenia.
Entretenida, divertida, ingeniosa y muy emotiva en muchas partes del libro. Como les decía en un principio, estaba un poco reacia a leer una novela de una de mis autoras favoritas en un formato tan pequeño, de tan corta extensión, pero superó mis expectativas, se los recomiendo, tanto para mujeres, como para hombres. Ya no es excusa decir que es literatura “para mujeres”.
“Atesoremos la vida”, nos dice Isabel. La mayoría de las veces no tenemos control sobre ella. Parafraseando a John Lennon: “vida es lo que sucede cuando uno está ocupado, haciendo otros planes”.
Termina el libro comentando sobre el Coronavirus y me “cuelgo” de eso para reflexionar sobre cómo será nuestro actuar y nuestro vivir una vez que superemos toda esta pesadilla. ¿Seremos más amables, más empáticos, más relacionados con nuestro entorno, respetando todas las formas de vida que habitan nuestro planeta? Ojalá sea así. Mientras, leamos a nuestra Isabel Allende.
Texto: Paulina Jiménez Vega
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